Algo bonito es saber que en mi casa, en la que crecí, en este preciso momento las naranjas estarán sobre la mesa, perfumando toda la habitación. Y mi padre recostado en el sofá, viendo las noticias con desaprobación, mientras las bolas del árbol se agitan levemente porque mi abuela se ha olvidado la ventana abierta (o la puerta) y el gato juega entre ellas, llenándose con su purpurina brillante. Posiblemente mi madre trajine en la cocina preparando la comida de Reyes, y mi abuela, con su naturaleza inquieta, trabaje en el huerto hasta la hora de comer.
Aunque ya van dos años que me pierdo este día, puedo describir el cuadro exacto. El hogar es aquel que cerrando los ojos, te traslada a él.. incluso si no estás ahí en realidad. Tienes que pasar tiempo fuera para darte cuenta de eso.
Nice!
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